En horas pasadas nuestro país nuevamente ha sido el centro de atención continental y, por qué no decirlo, mundial, debido a que llevó a cabo unas nuevas elecciones generales para elegir un nuevo presidente y vicepresidente que conduzcan los destinos del país por los próximos cinco años. Como siempre, la ciudadanía demostró su vocación democrática al asistir a las urnas con el objetivo de cumplir su derecho político asignado por la Constitución Política del Estado (CPE).
La gran sorpresa que nos llevamos todos fue el triunfo del candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Rodrigo Paz Pereira, y su acompañante a la vicepresidencia, Edman Lara, quienes dejaron fuera de toda competencia electoral al favorito Samuel Doria Medina, de la Alianza de Unidad, para ir a una segunda vuelta junto a Tuto Quiroga de la Alianza Libre. Mucha gente, entre ellos el suscrito, políticos, analistas, opinadores y periodistas, aún no terminamos de digerir los resultados ya casi oficiales dados a conocer por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Nadie esperaba que Rodrigo Paz fuera el ganador de estas justas electorales nacionales. Todos quienes nos dedicamos al análisis político ni siquiera lo tomamos en cuenta para que esté entre los primeros lugares. Máximo se le otorgaba una ubicación entre el tercer o cuarto puesto, pero lo que pasó ayer fue realmente una gran sorpresa que nos dejó atónitos y boquiabiertos. Para lo señalado, todos tuvimos como fuente de primera mano las encuestas realizadas por Capture Consulting e Ipsos Ciesmori, las cuales en todos sus estudios daban como ganador a Samuel Doria Medina. ¿Otra vez fallaron las empresas encuestadoras?
El día después de las elecciones todos se hacen la siguiente pregunta: ¿cómo ganó Rodrigo Paz, si todo apuntaba a una segunda vuelta entre Tuto y Samuel? Hay varias interpretaciones al respecto:
1. El voto nacional popular o desencantado del MAS fue absorbido por Rodrigo Paz debido a su campaña cara a cara en las provincias de los departamentos de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Oruro y Potosí. En otras palabras, ese voto duro que tuvo el MAS en esos departamentos ahora está con Paz Pereira. A esto se debe sumar la campaña política digital en redes sociales de su acompañante, Edman Lara.
2. Otro sector social que aportó votos para este triunfo sorpresivo fueron los gremiales, quienes forman parte de la economía informal en casi un 80%.
Las consecuencias políticas que deja el triunfo de la dupla Paz-Lara son claras: hay grandes perdedores, entre ellos Samuel Doria Medina, Manfred Reyes Villa y Evo Morales, a quienes prácticamente se los ha mandado a la jubilación política, porque ya no tendrán ni la edad ni la energía suficientes para encarar las próximas elecciones generales del 2030. Para entonces, ya habrán sido reemplazados por otros líderes políticos más jóvenes.
El Movimiento Al Socialismo (MAS), que gobernó por casi 20 años el país bajo la dictadura disfrazada de democracia del socialismo del siglo XXI, también quedó sepultado en la arena política nacional. Ahora, en el parlamento nacional, no tiene ningún representante legislativo, ni en la Cámara de Senadores ni en la Cámara de Diputados. Como se dice, entre ellos solitos se comieron hasta desaparecer del mapa.
Lo que también está claro para el triunfo del binomio Paz-Lara es que primó la imagen de renovación que proyectaron ambos, aspecto que les permitió impregnar “nuevos aires” a la política nacional. Eso entusiasmó al voto duro del extinto MAS, al sector informal de los gremiales y a las clases medias emergentes que en su momento también habían sido movilizadas por el masismo.
Lo que no está claro y es urgente que expliquen ambos es cómo sacarán a los bolivianos de la crisis económica en la que nos sumergieron los gobiernos masistas de Evo Morales y Luis Arce por casi veinte años, exceptuando el gobierno transitorio de Jeanine Áñez. Tienen dos meses y algo más para presentar de manera clara su plan de “salvataje” económico al país para el segundo balotaje que se viene. Porque, honestamente, en los meses previos de campaña electoral a estas elecciones generales cumplidas hace pocas horas, no escuché ni leí una propuesta económica concreta que nos saque de esta crisis galopante que vivimos los bolivianos.