Bajo el penoco

Angurria hasta el último minuto

| 2025-08-16 07:01:31

A meses de abandonar el poder, Luis Arce y su gobierno parecen competir por ver quién se lleva el último bocado del pastel del litio. Mientras el precio del mineral cae y surgen alternativas más competitivas para baterías automotrices, el oficialismo aprueba contratos con una firma rusa, que solo benefician a terceros y perjudican al país. La Asamblea Legislativa, colapsada con cientos de proyectos pendientes, da prioridad a un negocio sospechoso, recurriendo a votos secretos y candados legislativos. La protesta de Potosí y los reclamos técnicos son ignorados; la transparencia es reemplazada por la codicia. Es imposible no recordar la vergüenza histórica del tratado de 1904 con Chile: entonces, el país renunció a su mar; hoy, entrega su litio. Esta angurria por recursos estratégicos refleja una visión cortoplacista y corrupta, que sacrifica el futuro económico de Bolivia por ganancias inmediatas. Mientras el mundo avanza hacia nuevas tecnologías, nuestro litio podría convertirse en un recuerdo de cómo la codicia política eclipsó la razón y condenó al país a depender de intereses de unos forajidos que no se cansan del saqueo.