
El viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor, Jorge Silva, admitió que existen dificultades para controlar el precio del pan de batalla, debido a que la harina subvencionada aún no fue entregada a los panaderos.
“Nosotros controlamos pan de batalla elaborado con harina subvencionada, mientras no se les entregue la harina subvencionada muy poco podemos controlar”, afirmó.
La demora en la entrega se debe a que existen deudas con los productores.
Ante esa situación, los panaderos deben adquirir harina sin subvención, “y lógicamente el precio ya varía y el peso (del pan) también”, explicó Silva este lunes, en conferencia de prensa.
El viceministro sostuvo que, si no existieran deudas, se podría acceder a la harina subvencionada y distribuirla.Esto permitiría que “los panificadores no tengan excusa para poder elaborar el pan de batalla”.
Silva agregó que se enviará una nota formal a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) para que garantice la entrega de la harina de trigo subvencionada para la producción de pan de batalla.
Peso del pan de batalla
Silva anunció que se enviará una nota formal a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos para que garantice la entrega de harina de trigo subvencionada destinada a la producción del pan de batalla.
Respecto al peso, señaló que antes oscilaba entre 70 y 85 gramos, pero que actualmente se redujo a 60. Sin embargo, aclaró que aún se encuentra dentro del margen establecido.
“Hemos hecho los controles, hay marraquetas que son pequeñas, pero que poniéndola a la balanza tiene 60 gramos a diferencia de lo que era antes, una marraqueta pesaba 70, 80, 85 gramos y eran más grandes, pero ahora está dentro del margen 60 gramos, 50 centavos, entonces el pan está más pequeño cuando hablamos del ‘pan de batalla’”, afirmó.
Panificadores
“Estamos muy preocupados, estamos en estado de emergencia por los insumos que nos entrega Empana, estamos muy afectos, por ejemplo un mes de retraso tienen”, informó el panificador Willy Sarmiento en entrevista con Unitel.
Sarmiento indicó que aún se les adeuda la dotación de manteca, harina y levadura, aunque ayer ya recibieron azúcar.
Explicó que actualmente se les entregan cuatro quintales de harina por día y que, antes, solían mezclar la harina comprada con la subvencionada. Sin embargo, debido al incremento de precios, ya no les resulta conveniente hacerlo.
“Ahora ya no nos conviene comprar para mezclar, ya no sale por eso la mayoría de las panaderías estamos afectados”, afirmó.
Agregó que antes utilizaban entre seis y siete quintales de harina por día, pero ahora solo emplean cinco. Además, durante dos días a la semana no trabajan, lo que impide abastecer la demanda.
“A la fuerza vamos a tener que incrementar el precio”, agregó.