
Diálogo ficticio entre Selena Quintanilla y su médico en la ambulancia
Lugar: Interior de una ambulancia, 31 de marzo de 1995.
Selena, gravemente herida, intenta mantenerse consciente. A su lado, el médico de emergencia trata de estabilizarla mientras conversan.
Médico:
—Selena... necesito que te mantengas despierta, ¿me escuchas?
Selena (débil, pero con una ligera sonrisa):
—Sí, doc... pero no me haga cantar ahora... que esta no es la mejor acústica.
Médico (sonriendo mientras revisa su pulso):
—Te prometo que no. Aunque no niego que sería un honor escuchar un concierto exclusivo en ambulancia.
Selena:
—No gratis, ¿eh? Mis fans hacen fila por eso. Aunque, bueno... creo que esta vez, usted se ganó un pase VIP.
Médico:
—Me lo gané con una herida de bala, no es la mejor promoción que he visto. Pero te tengo noticias: tu corazón sigue fuerte.
Selena:
—Claro. Es lo único que nunca me falla. Bueno… eso y mis botas.
Médico (tomando una vía):
—No me hagas reír mientras intento salvarte la vida.
Selena (con voz cada vez más débil):
—Solo estaba… probando si aún se puede bailar entre líneas de vida. Ya sabe… por si se me ocurre abrir una clínica con pista de baile.
Médico (con tono suave):
—Estás bromeando mientras te mueres, Selena…
Selena:
—Estoy… viviendo… hasta el último compás.
Médico (afectado, intentando contener las lágrimas):
—Te juro que haré todo para que sigas cantando. Tienes que llegar, ¿me oyes?
Selena (cerrando lentamente los ojos):
—Dígales… que los amo. Y que la música... nunca se apaga, solo cambia de escenario.
Médico (apretando su mano):
—Resiste, estrella. Aún no termina el show.