Recuerdos del Presente

200 años, otro imperio

200 años, otro imperio
Humberto Vacaflor Ganam | Columnista
| 2025-07-27 07:11:38

Hace ya 200 años se creó en estas tierras la República de Bolívar, convertida hoy en el Estado Plurinacional de Bolivia, y a punto de cambiar otra vez de nombre.

Se había ido un imperio, o lo que quedaba de él, llegado a estas tierras en septiembre de 1535, cuando don Diego de Almagro, derrotado por los Pizarro en Cusco, iba hacia el Sur y, abatido, lo primero que hace es fundar un pueblo al que le pone un nombre que delata su estado de ánimo: Paria.

Sigue adelante y se establece en Tupiza con la intención de seguir hacia Chile y también encontrar un rápido acceso al Atlántico.

Diez años después, su inverosímil tocayo, Diego Huallpa, nacido en Chivilvaca, hizo en las faldas del Sumaj Orco la famosa fogata, en abril de 1645, que diera nacimiento al fabuloso Potosí.

Como dijo el padre Barba, que a todo cerro en forma de teta hay que buscarle la veta, éste había comenzado a ser explotado por la cultura Tiwanaku, en el año 1000 según los investigadores Mark B. Abbott de la universidad de Pittsburg y Alexander P. Wolfe, de la universidad de Alberta, en Edmonton, Canadá, que publicaron su estudio en la revista Science.

El imperio español fue el que en 1624 fundó en estas tierras la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, doce años antes de que en Boston fuera fundada la Universidad de Harvard por los ingleses. Los que se demoraron mucho en crear universidades en sus dominios fueron los portugueses: la primera universidad de Brasil nació en 1930. En cambio, los españoles se adelantaron mucho con sus universidades en los virreinatos de este continente y crearon la primera de ellas en 1551, en México.

Hace 200 años se fue el imperio español y hace 20 años llegó el gobierno que repudia todo lo español, pero que, de todos modos, en su constitución, aprobada en 2009 a las patadas, en un cuartel de Oruro, dicta, en el artículo quinto, “son idiomas del Estado el castellano y todos los idiomas de los pueblos indígenas, originario, campesinos”.

En la lista de esos idiomas adicionales al castellano, la CPE incluye al quechua, quizá en homenaje al imperio de los Incas, que impuso su idioma en algunas regiones del país y expulsó a los pueblos que no lo aceptaban, como el pueblo Chicha, al que le aplicó el exilio compulsivo, el mitimae.

Bueno, 200 años después, los bolivianos luchan contra otro imperio, al que le importan un bledo las universidades y la educación, el imperio de los narcos, en manos de una transnacional poderosa.

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Humberto Vacaflor Ganam | Columnista