
La crisis del fentanilo se ha convertido en uno de los temas más espinosos en la relación entre Estados Unidos, México y China. Recientemente, el expresidente Donald Trump lanzó duras acusaciones contra México, señalando que los cárteles de narcotráfico tienen un “fuerte control” sobre el país y cuestionando la capacidad del gobierno mexicano para frenar el tráfico de drogas por la frontera terrestre.
En respuesta, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, rechazó las afirmaciones de Trump y aseguró que este “tal vez le falta información” sobre las acciones que México realiza para combatir el narcotráfico y detener el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Durante su conferencia matutina, Sheinbaum enfatizó que la crisis no puede entenderse ni resolverse sin que Estados Unidos reconozca su propia responsabilidad, especialmente en el consumo interno de drogas.
Sheinbaum también criticó la falta de políticas de prevención en Estados Unidos, particularmente entre jóvenes y niños, y acusó a Washington de enfocarse únicamente en la represión sin atacar las raíces del problema. “Mientras no se aborde la crisis de adicciones en ese país, cualquier esfuerzo será insuficiente”, afirmó la mandataria.
Además de las declaraciones, la presidenta mexicana anunció que solicitó a sus ministros de Relaciones Exteriores y de Seguridad una revisión detallada de las medidas adoptadas contra el tráfico de drogas, con el objetivo de presentar esta información ante las autoridades estadounidenses y así “mantener informado al presidente Trump”.
Por su parte, Trump no solo responsabilizó a México, sino que también pidió públicamente a China que imponga la pena de muerte para quienes fabriquen y trafiquen fentanilo hacia Estados Unidos. En un evento oficial, insistió en que esta medida sería clave para enfrentar la epidemia de sobredosis que afecta a su país.
La respuesta del gobierno chino no se hizo esperar. Lin Jian, portavoz del Ministerio de Exteriores, afirmó que “este es un problema de Estados Unidos y no de China”, y que es responsabilidad estadounidense resolverlo. Además, criticó los aranceles impuestos por Washington, señalando que estas medidas dañan la cooperación bilateral.
El fentanilo, un opioide sintético hasta cien veces más potente que la morfina, es el principal causante de la actual crisis de sobredosis en Estados Unidos. La droga entra mayoritariamente por la frontera sur, con México, donde operan laboratorios clandestinos que usan precursores químicos importados desde China.
La tensión entre México, China y Estados Unidos se agrava con los anuncios de Trump de imponer aranceles del 30% a productos mexicanos y europeos como castigo por no frenar el tráfico de fentanilo y la migración. México advierte que sigue trabajando para garantizar la seguridad y que la crisis requiere un enfoque compartido, más allá de sanciones y discursos confrontativos.