Cuando se confirmó la sentencia firme contra Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la causa vialidad, las noticias giraron en torno a dos aspectos relevantes: la prisión efectiva y la imposibilidad de por vida de ejercer cargos públicos. La solicitud del beneficio de la prisión domiciliaria y sus espectáculos en el balcón de su departamento, así como también la victimización de la supuesta proscripción, terminaron de darle color a una noticia que de a poco va pasando a un segundo plano.
Sin embargo, mientras la Argentina se va acostumbrando a la detención de CFK y a la idea de que no volverá a participar de elecciones, otras aristas no menores de la sentencia van saliendo a la luz, en el marco de la causa. Resulta que Kirchner también fue condenada a, para decirlo en pocas palabras, a devolver lo que se habría robado.
Ella, junto al resto de los implicados deberán devolver a las arcas públicas la suma de 684.000 millones de pesos. El monto es el cálculo que la justicia determinó como asignado de forma irregular a los empresarios como Lázaro Báez, que siempre eran beneficiados en Santa Cruz. Vale recordar que el “empresario” (sospechado de ser testaferro del fallecido Néstor Kirchner), para 2003 era un empleado bancario en la provincia sureña. Apenas su amigo asumió la Presidencia, él fundó de cero una empresa constructora, sin tener experiencia en el rubro. En solo una década, “Austral Construcciones” lo había hecho multimillonario.
No solamente la asignación de las obras fue un escándalo por el amiguismo, sino que también varias tuvieron escandalosos sobreprecios y otras nunca se terminaron.
Los condenados por corrupción, entre los que se encuentra Cristina, tienen hasta el 13 de agosto a las nueve y media de la mañana para depositar el dinero en el Banco Nación.
Si llegado el día, CFK no deposita el dinero, la justicia comenzará a rematarle sus bienes ya identificados. Por ejemplo, los dos departamentos en el barrio de Recoleta y donde se encuentra ahora. Aunque algunas propiedades y cajas de seguridad en los bancos están a nombre de Máximo y Florencia, sus hijos, todos esos activos pueden ser perfectamente decomisados.
Nada más en la provincia de Santa Cruz, entre lo blanqueado y registrado, CFK y su familia cuentan con 24 inmuebles, además del hotel Los Sauces. Cristina también posee acciones en diversas empresas como Coca Cola, Visa, Mercado Libre, Microsoft y Apple.
Será interesante ver los planes de Kirchner, ya que no cuenta con mucho espacio para esquivar el desembolso. Si las famosas propiedades de la expresidente van a remate, seguramente los medios se hagan otro festín con cada uno de ellos y los eventuales compradores. Pero, por lo pronto, lo importante es que deberá devolver lo que se habría embolsado con la corrupción de su gobierno y el de su fallecido esposo.
