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Trayectorias conocidas, más de lo mismo

Trayectorias conocidas, más de lo mismo
Mario Malpartida - Periodista | Periodista
| 2025-07-09 02:02:03

Son muchos los sucesos destacables que integran por estos días la realidad de nuestro país. Algunos han pasado a ser costumbre, incluso de antigua data; otros son cíclicos debido a las circunstancias. Por un lado, los políticos en campaña aumentan las distancias, alejan los factores de cohesión social y afectan la unión, es decir, el propósito de unirse para determinados fines. Su postura ocasiona el deterioro del diálogo y dificulta encontrar soluciones conjuntas a problemas comunes.

Pregonan que son el esplendor de la unidad, y que por eso el pueblo descarta toda otra oferta electoral; razón por la cual, en la siguiente encuesta, aumenta el porcentaje a su favor. En una proverbial paradoja, recalcan que "se agranda la distancia" con quienes, se supone, deberían conformar el frente para asegurar el acceso al poder.

A todo esto, entran en juego los porcentajes, ese embrollo de números que se presta a interminables análisis. Tampoco faltan los frustrados, para quienes “solo son fotos del momento”; discrepan de los porcentajes y les restan importancia cuando les son desfavorables.

Ocurre que, al mismo tiempo, el reajuste de precios tiene afligidas —sobre todo— a las personas que compran en mercados. La subida alcanza niveles de penuria, de tristeza, con un camino corto hacia el sufrimiento.

Si bien la inflación tiene fuertes componentes de política monetaria —la emisión descontrolada de billetes entre los más importantes—, la causa más visible se manifiesta en la oferta de bienes y servicios, así como en la conducta asumida por los consumidores. Esta situación está jugando en contra, pues los productores y los intermediarios están como en río revuelto, y tienen el mismo argumento: no tenemos dólares. Es una causa importante; no obstante, el impacto debería ser proporcional según el caso. Reajustan sin mesura, duplican o triplican —como ocurre con los medicamentos—. Todos especulan con sus precios y argumentan la escasez de combustibles.

De tal manera que la inflación, como a menudo sucede, viene a ser también autoconstruida: está de moda subir los precios; ahora nos toca a nosotros. Como decía un profesor de teoría económica: mientras los sueldos suben por la escalera, los precios suben por el ascensor. El resultado final no será extraño: los ricos serán más ricos, y los pobres, más pobres.

Los actores económicos afirman que la inflación no es deseada, que no le conviene a nadie; pero en los hechos es provocada. No quieren que suba nada, aunque, por si acaso, duplican. Otro remedio no queda, afirman.

Mario Malpartida - Periodista | Periodista