Hoy hablaremos sobre la diferencia entre “virginidad” un concepto más asociado a lo corporal, especialmente en lo femenino, y la “castidad”. Virginidad y castidad son virtudes importantes en la enseñanza de la Iglesia Católica.
Virginidad se refiere al estado de una persona que no ha tenido relaciones sexuales. Castidad es un concepto más amplio: implica moderación y respeto en el uso de la sexualidad, acorde al estado de vida que cada persona lleva. Esto significa que tanto los solteros como los casados están llamados a vivir su vida sexual de acuerdo con la dignidad humana y los planos de Dios.
La virginidad es vista como un signo de entrega total a Dios y de dedicación a la vida espiritual. La castidad, por su parte, se entiende como el autocontrol y el amor que se expresa en relaciones de respeto, sin caer en la lujuria o en el uso del otro como un objeto: “en los textos evangélicos el celibato aparece siempre al lado del matrimonio y es contemplado ( en Mt 22 ) como anuncio y realización ya desde ahora de la realidad de la resurrección, como vocación y gracia ( en Mt 19 ), como abandono y disponibilidad ( en Lc 18 ), pero siempre con vistas al reino y fundado en las palabras de las Escrituras y en la fe en el poder de Dios” ( E. Bianchi ).
¿Por qué la castidad?
• “La castidad conduce al que la practica a ser ante el prójimo un testigo de la fidelidad y de la ternura de Dios” ( CEC 2346 ).
• "Todo bautizado es llamado a la castidad. El cristiano se ha "revestido de Cristo" (Ga 3, 27), modelo de toda castidad. Todos los fieles de Cristo son llamados a una vida casta según su estado de vida particular. En el momento de su Bautismo, el cristiano se compromete a dirigir su afectividad en la castidad" ( CEC 2348 ).
• "La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado ( cf Si 1, 22 )" ( CEC n° 2339 ). San Pablo, en su carta a los Romanos, nos invita a ofrecer nuestros cuerpos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios ( Rm 12,1 ). La castidad es, por tanto, un camino hacia la verdadera libertad y amor auténtico, que recuerda que la relación sexual tiene un propósito sagrado dentro del matrimonio.
• “La castidad nos recompone; nos devuelve a la unidad que habíamos perdido dispersándonos” ( San Agustín, Confesiones, 10, 29; 40 ).
• “hasta las mutuas relaciones de familiaridad entre los cónyuges deben estar adornadas con la nota de castidad, para que el beneficio de la fidelidad resplandezca con el decoro debido, de suerte que los cónyuges se conduzcan en todas las cosas conforme a la ley de Dios y de la naturaleza y procuren cumplir la voluntad sapientísima y santísima del Creador, con entera y sumisa reverencia a la divina obra” ( Pío XI ).
• “Si la castidad conyugal ( y la castidad en general ) se manifiesta, en primer lugar, como capacidad de resistir a la concupiscencia de la carne, luego gradualmente se revela como capacidad singular de percibir, amar y realizar esos significados del "lenguaje del cuerpo", que permanecen totalmente desconocidos para la concupiscencia misma y que progresivamente enriquecen el diálogo nupcial de los cónyuges, purificándolo, profundizándolo y, a la vez, simplificándolo” ( Juan Pablo II ).
• "La castidad "por el Reino de los cielos", que profesan los religiosos, debe ser estimada como un singular don de la gracia. Ella libera de modo especial el corazón del hombre para que se inflame más en el amor a Dios ya los hombres, y es, por lo mismo, signo peculiar de los bienes celestiales y medio aptísimo para que los religiosos se dediquen con alegría al servicio divino ya las obras de apostolado. Evocan así ellos ante todos los cristianos aquel maravilloso connubio instituido por Dios y que habrá de tener en el siglo futuro su plena manifestación, por el que la Iglesia tiene a Cristo como único Esposo” ( Perfectae Caritatis ).
• “La contracepción se opone gravemente a la castidad matrimonial, es contraria al bien de la transmisión de la vida (aspecto procreativo del matrimonio), ya la donación recíproca de los cónyuges (aspecto univo del matrimonio), lesiona el verdadero amor y niega el papel soberano de Dios en la transmisión de la vida humana” (Pontificio Consejo para la Familia).
Seguiremos ampliando la idea de la castidad en la próxima entrega.