El gobierno de Estados Unidos lanzó este jueves duras críticas contra la Organización de los Estados Americanos (OEA), al considerar que su incapacidad para actuar ante la crisis política en Venezuela y el caos institucional en Haití pone en entredicho su propia existencia. “¿Qué sentido tiene esta organización?”, se preguntó el subsecretario de Estado, Christopher Landau, durante la Asamblea General del organismo.
Landau, en representación del secretario de Estado Marco Rubio, cuestionó la falta de resultados concretos frente al “descarado fraude electoral” en Venezuela, donde Nicolás Maduro asumió un nuevo mandato pese a las denuncias de la oposición. “La oposición venezolana no solo ganó de forma abrumadora, sino que tenía pruebas claras para demostrarlo, pero la OEA no ha hecho nada sustancial”, reprochó.
En ese sentido, recordó que cientos de miles de venezolanos han buscado refugio en países vecinos debido a la crisis humanitaria, mientras que el régimen de Maduro sigue realizando “farsas electorales” sin transparencia ni imparcialidad. La última, el mes pasado, fue otra elección legislativa y regional “sin legitimidad”, según el diplomático estadounidense.
El subsecretario informó que el Departamento de Estado, por orden del presidente Donald Trump, está revisando la participación de EE.UU. en los organismos multilaterales, incluida la OEA. “Para ser francos, no tengo claro que pueda predecir cómo terminará esta revisión”, afirmó.
Landau amplió su crítica a la situación en Haití, país que —dijo— “se hunde en el caos” mientras la comunidad regional guarda silencio. A pesar del despliegue de una misión de seguridad liderada por Kenia con respaldo de la ONU, señaló que “Estados Unidos no puede seguir cargando solo con esa responsabilidad financiera”.
“Si la OEA no puede o no quiere desempeñar un papel constructivo en Haití, entonces debemos preguntarnos seriamente por qué existe”, insistió. Y agregó que el momento exige resultados y no más declaraciones simbólicas.
En su intervención, Landau también instó a los países miembros a respaldar la candidatura de Rosa María Payá, disidente cubana propuesta por EE.UU. para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Consideró su elección como una oportunidad para devolver credibilidad y firmeza al trabajo del sistema interamericano.
Finalmente, el representante estadounidense cerró con un llamado a la acción: “Es hora de que la OEA apoye de verdad al pueblo de Venezuela y Haití, no solo con palabras, sino con hechos concretos”. Su discurso refleja la creciente frustración de Washington con los mecanismos regionales que, a su juicio, han demostrado una ineficacia alarmante frente a las crisis más urgentes del hemisferio.
