El mejor estímulo para la impunidad de los delitos cometidos por el régimen del MAS es el silencio. El MAS (arcista, evista y androniquista) hace de la traición y de la venta de conciencia su oficio. Para los que luchamos por la libertad, no podía ni debía haber pan ni empleo. Todo el bienestar, el dinero y la alegría estaban reservados para ellos. El MAS es el hogar natural de los simuladores; lo primero que hicieron desde el gobierno fue someter al pueblo mediante una engañosa propaganda y publicidad televisiva. Ahí tenemos a sus mejores ejemplares: sicarios de la comunicación como Pomacusi y Jimmy Iturri, mostrándonos el paraíso del “vivir bien”, que se obtendría si todos los apoyaban. Esa fue la retórica y las ideas fuerza que venían de los que orquestaron el socialismo en Bolivia: un plan de adiestramiento ideológico muy bien montado.
Los hombres y mujeres “políticos” que militan en el MAS, en todas sus vertientes, son siempre gánsteres, y la mayoría de sus dirigentes, unos resentidos sociales. Sobre el MAS, dentro de todas sus corrientes, parece pesar una maldición: “corrompe lo que toca”. Ahí vemos cómo hasta los más limpios profesionales que egresaron de las diferentes aulas universitarias —como el exministro de Justicia, Siles, Villegas y todos los que ocuparon una cartera en casi 20 años de gobierno masista— se corrompieron.
Esperemos que, después de las elecciones de agosto, el país respire aliviado al ver normalizada la vida nacional. Personalmente, tengo serias dudas, porque con este régimen dictatorial “no importa quién vote, lo que importa es quién cuenta los votos”. A un régimen dictatorial no se lo puede sacar con votos; fuimos testigos de la experiencia venezolana. Ellos lo tienen todo fríamente calculado.
La historia se encargará de analizar y dar su fallo definitivo sobre este episodio de la vida de Bolivia, una vida llena de lamento, tragedia, comedia y ficción. En su momento, el exmandatario se aprovechó de la bonanza económica para deslumbrar a la opinión nacional y extranjera, ni siquiera por mérito propio, sino gracias a jugosos contratos y adendas que permitieron al país recibir mayores beneficios. ¿Qué hizo él? Dilapidó las arcas del Estado. La mitad del dinero se perdió por corrupción y fue a parar a bolsillos privados, y la otra mitad sostuvo una burocracia parasitaria e improductiva, sin ningún mérito profesional, al frente de las instituciones públicas.
Esa red de corrupción y mediocridad, esa mafia orgánica, es la culpable del infierno que hoy vivimos los bolivianos. Entonces, si muchos se preguntan dónde fue a parar toda la riqueza del país, la respuesta es sencilla: por el abuso de poder, todo el dinero público se filtró en un mar de corrupción y mediocridad.
Si quiere seguir el camino de Venezuela, Cuba y Nicaragua, vote por lo mismo de siempre. Detrás de todo este infierno que vivimos los bolivianos está el exmandatario, que se caracteriza por su intemperancia, su vanidad y su afán desmedido de figuración. Sus aduladores lo rodean con éxito: basta ensalzarlo para obtener favores. Mucha gente se enriqueció en 20 años solo con esa táctica. ¿Ustedes creen que se va a dar por vencido? Están totalmente equivocados. Ya debe existir un pacto sempiterno entre el perro de tres cabezas “Cerbero”, el más famoso de la mitología griega, guardián del inframundo. En eso se convirtió el MAS y el exmandatario: en un perro del hortelano que no come ni deja comer. Todos estos errores se acumulan y nos encaminan hacia una próxima tragedia. El exmandatario, cobarde como siempre, jamás se hará responsable.
Por su parte, el presidente del Senado nos demuestra que él es el primer acto del traidor hecho gobernante. Su partido, como el MAS en estos 20 años de dictadura, quiere hacerse rico de la noche a la mañana. Igual que sus competidores al otro lado del río, esta falsa oposición, esta disidencia controlada, también lo ha logrado. En 30 años viviendo de la política, muchos se enriquecieron a costa del hambre del pueblo boliviano (Tuto, Doria, Manfred). Esperemos que el pueblo reaccione pronto contra la brutalidad y el latrocinio del régimen masista. Es hora de que las nuevas generaciones tomen el poder. En Bolivia existe un vacío de poder, ausencia del Estado, y la corrupción y la mediocridad se han institucionalizado. Lo peor: lo hemos permitido. Han ultrajado nuestra dignidad como bolivianos y bolivianas.
Infierno en el mundo: Israel ataca a Irán, pánico en Israel, Irán contraataca con misiles hipersónicos. Estalla la guerra en Medio Oriente. ¿Comenzó la Tercera Guerra Mundial? Estados Unidos y China meten sus manos porque ambos tienen intereses económicos en juego. La Tercera Guerra Mundial ya está aquí si interviene alguna de las superpotencias, tanto de Oriente como de Occidente. Trump está a punto de iniciar la mayor crisis bélica global. Irán tiene apoyo regional y una estrategia bajo la manga. Todas las organizaciones terroristas apoyan al régimen iraní. Estados Unidos puede ser blanco de atentados —grandes o pequeños—, o incluso de una operación de falsa bandera como la del 11 de septiembre. Señores, estamos al borde de la guerra. Trump puede tomar una decisión mortal.
La mayor crisis bélica mundial está a punto de estallar.