Las elecciones generales previstas para el 17 de agosto se proyectan diferentes, atípicas en muchos sentidos y, por primera vez, bajo un riguroso control ciudadano. Que el Sistema de Trasmisión de Resultados Electorales (TREP) permita contar con resultados preliminares a la conclusión de la votación es una legítima demanda y desafío que tiene el Tribunal Supremo Electoral. La tardanza en conocerse los resultados electorales, siempre ha generado susceptibilidades, desconfianza y que se apodere el fantasma del fraude.
El singular control electoral estará a cargo no solo de los delegados de los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas, sino también de las organizaciones de la sociedad civil, activistas y alianzas políticas. Se trata de la Alianza Observación Ciudadana de la Democracia y la alianza ciudadana “Cuidemos el Voto 2925”, que se encargarán de garantizar la transparencia de los resultados electorales. La alianza estratégica “Cuidemos el Voto", promete movilizar 36.000 voluntarios para enviar fotos de actas para garantizar el conteo rápido y el control electoral el 17 de agosto. En esta cruzada participan: Bolivia 360, Ríos de Pie, Conade, Unidad, Libre y 24 organizaciones más.
La estratega de esta iniciativa es Jhanisse Vaca, junto a Marcelo Trigo, director de Bolivia 360, Guillermo Capobianco, de la alianza Libre, Andrea Barrientos, de Unidad, y la delegada de Conade, Ana María Reyes. Con el slogan la democracia no se cuida sola; se protege con presencia, compromiso y tecnología, la conocida activista hizo el lanzamiento de la campaña. Se busca la participación articulada de delegados políticos y ciudadanos en cada mesa de votación para garantizar legalidad y transparencia; la utilización de tecnología de punta; la implementación de una plataforma de monitoreo en tiempo real, reporte de irregularidades y registro centralizado; y la capacitación y participación: la formación nacional de voluntarios mediante talleres y entrenamientos para asegurar una intervención informada y ética.
El desafío es que el 17 de agosto próximo se tenga una cobertura de, al menos, un 80% de las mesas electorales de todo el país. La idea es que cada votante desde su celular, envíe fotos de las actas electorales a un centro de cómputo para lograr un conteo rápido de las actas. El movimiento ciudadano espera que, con el uso de la tecnología, la misma noche de las elecciones, el sistema pueda entregar resultados de los comicios. A esta iniciativa ya se han sumado las dos principales fuerzas políticas de oposición: Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga.
La iniciativa propone un sistema integral de vigilancia y monitoreo electoral, que combina delegados de partidos políticos, ciudadanos voluntarios y herramientas tecnológicas para registrar y proteger el voto en cada mesa electoral del país. El Tribunal Supremo Electoral tiene que facilitar y garantizar el trabajo del control electoral ciudadano como lo tienen planificado los activistas.
La Ley del régimen electoral establece que los delegados de las organizaciones y los partidos políticos podrán intervenir en todas las fases o etapas de los procesos electorales para preservar los derechos y garantías de sus organizaciones políticas y candidaturas y verificar el desarrollo de estos procesos (art. 151). Aunque no está prohibido el control ciudadano electoral, la cobertura legal la tienen los delegados de los partidos políticos, y debe ser a través de ellos como se puede ingresar a realizar esta supervisión electoral.
El control ciudadano electoral tiene que realizarse en cada mesa no solo para garantizar el ejercicio ciudadano de la votación, sino fundamentalmente para verificar, contrastar y documentar el resultado de la votación. La normativa establece que el conteo será en acto público, con la presencia de los delegados de las organizaciones políticas, electoras y electores, y miembros de las misiones internacionales de acompañamiento electoral que deseen asistir.
El control ciudadano electoral debe facilitarse en la medida en que el MAS ha dejado de ser un partido hegemónico, que otrora no solo usaba (y abusaba) de la maquinaria estatal para favorecer a sus candidatos, sino que tenía una estructura para consumar el mega-fraude electoral. Una de las mejores herramientas para alejar la posibilidad de burlar la voluntad popular es, precisamente, haciendo un riguroso control ciudadano electoral como el que se tiene planificado.
*Jurista y autor de varios libros.