
El secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, ha declarado este domingo que el ataque efectuado por Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de EEUU, la Operación "Martillo de Medianoche", ha "devastado" por completo el programa nuclear iraní y ha representado un "éxito aplastante".
En una primera explicación de la misión ante los medios de comunicación norteamericanos, Hegseth y el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Dan Caine, han detallado los pormenores de una misión protagonizada principalmente por siete bombarderos B-2, encargados directos de atacar las instalaciones de Natanz, Isfahán y, sobre todo, Fordo, alcanzada por las bombas de alta penetración "Massive Ordnance Penetrator" (MOP GBU-57), en el primer uso operativo en combate de esta clase de armamento.
El cuerpo de esta bomba, de unos 6 metros de largo y 13,6 toneladas, constituye más del 80 por ciento de su peso total. Esta debe ser lanzada desde una distancia de unos 15 kilómetros de altura y puede ser redireccionada a posteriori. Una vez ha penetrado en el suelo, el detonador de la bomba activa la ojiva.
La operación involucró a más de 125 aeronaves y una maniobra de engaño con bombarderos desplegados sobre el Pacífico como "señuelo", de acuerdo con el general. Cazas de cuarta y quinta generación que allanaron el camino para los ataques aéreos. El Pentágono no reveló marcas ni modelos, pero el diagrama presentado en la comparecencia representaba lo que parecen ser F-22.
Los auténticos protagonistas de la operación fueron siete bombarderos Spirit B-2, según Caine, que trazaron un recorrido de 18 horas desde la base aérea de Whiteman, en Misuri, hasta Irán, con varias escalas de reabastecimiento, antes de proceder a bombardear, en torno a las 01.10 de la madrugada de este domingo, hora en España peninsular y Baleares, las instalaciones de Natanz y Fordo.
En total, fueron empleadas aproximadamente 14 bombas MOP durante estos bombardeos y al menos dos de las bombas impactaron directamente sobre las montañas que protegen la instalación subterránea de Fordo. En paralelo, un submarino norteamericano disparó más de 24 misiles modelo Tomahawk contra la instalación nuclear de Isfahán. Veinte minutos después del inicio de los bombardeos, los aviones B-2 abandonaron el espacio aéreo iraní.
El general Caine ha procedido a realizar una evaluación del impacto de los ataques al indicar que las tres zonas alcanzadas han registrado daños "extremadamente severos", según el jefe del Estado Mayor.
Hegseth ha querido precisar no obstante que todavía no existen conclusiones completas del ataque y que siempre se ha tratado de una "operación de precisión" contra la "amenaza que representa el programa nuclear de Irán". Jamás ha perseguido un "cambio de régimen" en la república islámica, como se ha especulado.
Tampoco hay constancia de que aviones de combate iraníes despegaran para intentar detener la operación ni de la activación de los sistemas de defensa iraníes en tierra, en lo que el general Caine describió como un éxito del factor sorpresa.
"La orden que recibimos de nuestro comandante en jefe, el presidente Donald Trump, fue concisa, contundente y clara", ha manifestado Hegseth durante la sesión informativa antes de avisar una vez a Irán de que se abstenga de tomar medidas de represalia contra las bases estadounidenses o cualquiera de sus intereses en la región. "Sería muy mala idea", ha avisado el secretario de Defensa.
Hegseth, al mismo tiempo, ha vuelto a extender la mano a Irán y confirmado "contactos privados" con las autoridades de la república islámica "a través de múltiples canales" para brindar a Teherán "todas las oportunidades para sentarse a la mesa de negociaciones".
"Irán comprende perfectamente cuál es nuestra posición, exactamente que medidas pueden tomar para lograr la paz, y esperamos que así sea", ha manifestado.
Poco después, y ya ante los medios estadounidenses, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, instó a la celebración de negociaciones directas entre Estados Unidos e Irán y afirmado que su país está "preparado para hablar mañana mismo" con la república islámica.
"El régimen iraní debería reaccionar y decir: "Si realmente queremos energía nuclear en nuestro país, hay una manera de hacerlo". Esa oferta sigue vigente. Estamos preparados para hablar con ellos mañana mismo y empezar a trabajar en ello", ha manifestado en una entrevista a Fox News.