El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes que no tiene planes inmediatos de asesinar al líder supremo de Irán, Ali Jamenei, aunque dejó abierta la posibilidad de que esto cambie. “Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’. Es un blanco fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo, al menos no por ahora”, escribió en Truth Social.
Trump acompañó sus declaraciones con una advertencia directa: “Mi paciencia se está agotando. No quiero ver misiles cayendo sobre civiles o soldados estadounidenses. ¡Rendición incondicional!”. La declaración llega en medio de una escalada sin precedentes entre Israel e Irán, que ha encendido las alarmas en toda la región.
El mandatario estadounidense también aseguró que Washington tiene “el control total de los cielos de Irán”, gracias a la superioridad de su tecnología aérea. “Ellos tenían buenos rastreadores, pero nada se compara con el poder de Estados Unidos. Nadie lo hace mejor que nosotros”, añadió.
Estas palabras se suman al creciente temor internacional de que Estados Unidos termine involucrado directamente en el conflicto, a pesar de que la Casa Blanca ha negado participación en los recientes ataques israelíes dentro de territorio iraní.
Trump sugirió además que la reciente ofensiva israelí coincidió con el vencimiento de un plazo impuesto a Irán para alcanzar un nuevo acuerdo nuclear. Aunque no lo dijo explícitamente, dio a entender que los ataques podrían tener respaldo implícito de Washington.
Desde Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que su país hará “lo que sea necesario” frente a Irán, incluyendo la posible eliminación de figuras clave del régimen islámico. En ese contexto, las declaraciones de Trump cobran aún mayor relevancia.
Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron alertó que cualquier intento de derrocar al régimen iraní solo generará “caos”. Macron instó a Washington a reabrir canales diplomáticos con Teherán para evitar una guerra abierta en Oriente Medio.
Entretanto, Irán denunció nuevos ataques israelíes contra supuestos centros del Mosad en Tel Aviv, mientras el ejército israelí confirmó bombardeos a gran escala contra infraestructuras militares en “el corazón de Irán”.
La tensión crece, los misiles vuelan y las declaraciones se endurecen. Trump, en su estilo, juega al borde de la amenaza sin cruzar la línea, al menos por ahora.
