
La crítica escasez de diésel ha encendido las alarmas en el sector agroproductivo del país, donde miles de pequeños, medianos y grandes productores exigen al Gobierno una solución inmediata para evitar la paralización total de las actividades agrícolas. El desabastecimiento ha afectado especialmente al Norte Integrado cruceño, zona clave en la zafra cañera y en la cosecha de granos, que actualmente se encuentra a media máquina.
Desde la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), su gerente general, Jaime Hernández, pidió al Gobierno el cumplimiento urgente de los compromisos asumidos durante reuniones recientes, que contemplan la distribución de combustible desde este lunes 16 de junio hacia zonas productivas, así como la entrega de diésel ULS a los medianos y grandes productores.
“Sigue siendo una situación bastante crítica para todos los productores que necesitan provisión inmediata de diésel tanto para la siembra como para la cosecha de granos”, señaló Hernández en entrevista con Unitel.
La zafra cañera, que comenzó hace aproximadamente 25 días en el Norte Integrado, está seriamente comprometida. Esta actividad, que genera más de 5.000 empleos directos y cerca de 10.000 indirectos, ha visto frenada su dinámica por la falta de diésel.
Los ingenios más importantes como Guabirá y Unagro han reportado disminución en el ritmo de recepción de caña, mientras que las ciudades cercanas como Warnes, Montero, Saavedra y Minero reflejan una actividad económica disminuida.
“Si no llega el diésel, nuestras cosechadoras se detienen y se pierden miles de bolivianos en un solo día. Una máquina parada representa hasta Bs 60.000 en pérdidas”, indicó Germán Montaño, administrador de una empresa de cosecha y transporte que trabaja con Unagro.
En Minero, las colas para conseguir combustible se extienden por más de un kilómetro. Algunos transportistas esperan hasta dos semanas para repostar, mientras que otros han optado por numerar sus vehículos con papel y marcador para mantener su lugar en la fila.
La escasez de diésel afecta no solo al agro, sino también a sectores como el transporte, la producción pecuaria y la industria azucarera.
Los mototaxistas en Montero, por ejemplo, reportan pérdidas diarias de entre Bs 100 y 150 por el tiempo que deben esperar para cargar combustible.
“Hacemos fila tres veces a la semana y, si no logramos cargar, simplemente no trabajamos”, dijo Richard Peñaranda, mototaxista del lugar.
El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, ratificó que el Gobierno continuará priorizando el abastecimiento al sector productivo: “Lo hemos hecho antes, lo hacemos ahora y lo vamos a seguir haciendo”, declaró en medios estatales.
A pesar de estas afirmaciones, la situación en campo sigue siendo delicada. Los productores solicitan la implementación de un plan de emergencia que incluya el envío directo de combustible a través de cisternas móviles y asegure la continuidad de las operaciones agrícolas y cañeras.
Advierten que cualquier demora podría agravar las pérdidas y profundizar la crisis en una economía regional ya afectada por la escasez de divisas y la crisis económica nacional.