Dios te bendiga

ASFIxia

ASFIxia
Mons. Robert Flock | Monseñor
| 2025-06-06 00:53:44

“Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús.” (Juan 19,32)

Jesús murió asfixiado. Es sumamente difícil respirar estando colgado en una cruz. La víctima tiene que levantarse para inhalar con sus manos y pies clavados, y con sus brazos y piernas torcidos. Sin embargo, algunos tardaban días para expirar. Si tomaba demasiado tiempo, rompían sus piernas para acelerar el proceso, sin compasión alguna por el condenado.

En Bolivia se habla de la muerte civil por crucifixión judicial; un método de tortura con la complicidad de las instituciones del Estado estando por detrás la dictadura vengativa. También aplican la asfixia económica mediante la apropiadamente denominada ASFI (Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero).

Últimamente escuchamos testimonios de personas sorprendidas al encontrar sus cuentas bancarias congeladas. No reciben ninguna notificación. Pero al averiguar por qué, los funcionarios del ASFI les dicen que tienen una deuda por esto y aquel, que en realidad no existe. Típicamente está al otro lado del país, lo que supone un fuerte gasto para esclarecer la situación. Asumir los viajes, reclamos y trámites es como tratar de respirar en la cruz con las manos y los pies clavados.

De manera similar, si investigan a alguien por un supuesto movimiento económico no legítimo, la ASFI obliga al banco a congelar o cerrar sus cuentas. No hay presunción de inocencia hasta que se comprueba algún delito. Asfixiar primero, desclavar después.

Si logra descongelar sus cuentas, el ASFI no recompensa los perjuicios ocasionados. Es una ingeniosa forma de corrupción por parte de algunos funcionarios que deberían ponerse al servicio de la gente en vez de robarles. Lo que no está claro es sí lo hacen por beneficio personal, o por mandato del gobierno yesca, o ambos.

Los bancos mismos son víctima del ASFI; la ley dice que deben dar un preaviso de 15 días hábiles para investigar alguna sección, pero avisan el día viernes a la hora de cierre para aparecer a primera hora el lunes. Con cualquier pretexto, multan múltiples sueldos mínimos maximizando el saqueo. Esconden la identidad de los funcionarios, que desde una computadora gubernamental roban a la gente y a las instituciones. Los soldados despojaron a Jesús de su ropa antes de crucificarlo; ahora se encarga el ASFI.

No sorprende la resistencia del régimen para cambiar el modelo económico que está asfixiando a toda la nación; obviamente favorece a los operadores de esta nueva forma de crimen organizado y legalmente blindado. Para no atraer su atención, hay que minimizar sus ahorros.

Según el Evangelio, Jesús utilizó uno de sus últimos respiros para suplicar a Dios por sus verdugos: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34). Pero estos saben muy bien lo que están haciendo, por lo que no se puede invocar semejante consideración. Aunque pidamos a Dios que bendiga a nuestra patria y a ustedes, queridos lectores, y oremos por nuestras autoridades; ojalá castigue a estos estranguladores sin corazón y alma, tanto a los autores materiales como intelectuales. Merecen el trato que describe Jesucristo en su parábola de Lázaro en el seno de Abraham y el Rico atormentado en el infierno (Lc 16,19-31), “donde el gusano no muere y el fuego no se apaga” (Mc 9,48).

Dios te bendiga.

Mons. Robert Flock | Monseñor