El precio, enemigo del poder

El gobierno de Luis Arce no combate la inflación; combate al precio como si fuera el enemigo del pueblo. Pero el precio libre no es el problema: es, de hecho, el mejor aliado de la economía, del productor, del consumidor y de cualquier sociedad que quiera prosperar sin vivir atada a la dádiva estatal. ¿Por qué le temen tanto al precio? Porque es un mensajero honesto. El precio revela escasez, ineficiencia, errores de política y corrupción. Cuando los precios suben, es porque algo falla en la producción, en la logística o en el modelo. En vez de corregir las causas, el gobierno reprime el síntoma. El precio libre coordina a millones de personas sin necesidad de un burócrata. Incentiva al productor a invertir, al consumidor a racionalizar, y al sistema a autorregularse. Pero eso significa perder control político, y el MAS no está dispuesto a soltar las riendas. Por eso impone controles, subsidios artificiales y amenazas. No para que los precios bajen por eficiencia, sino para manipular la escasez y mantener al pueblo dependiente.