“Mis
pies están firmes sobre el camino llano.”
Salmo
26,12
El rinconcito más
alejado dentro de mi Diócesis se llama Piso Firme. Supuestamente los
fundadores, medio perdidos en esta zona pantanosa, se salvaron allí, y lo
llamaron “Piso Firme”, un 24 de septiembre 1905, fiesta de la Merced y del
Departamento Cruceño. Era para ellos la Tierra Prometida por la abundante
generosidad del lugar que los sostiene desde hace 119 años.
El Vicariato
Apostólico de Chiquitos fue creado once años después por el Papa Pio XI
(27/01/1930), y encomendado a los Misioneros Franciscanos con la sede episcopal
en San Ignacio de Velasco. Separado de la Diócesis de Santa Cruz de la Sierra,
la nueva jurisdicción eclesiástica comprendía toda la Chiquitania, con las “provinciis civilibus Ñuflo de Chávez,
Velasco et Chiquitos” (todavía no existían Ángel Sandoval: 1948, Germán
Busch: 1984, ni Guarayos: 1990). La Bula papal indica el límite “ad septentrionem vicariatus apostolicus de
Beni”.
Cuando se hizo la
Ley del 28 de noviembre de 1914 que establece el límite entre Beni y Santa
Cruz, no existían las precisiones georreferenciales de hoy. Dice: “Tomando como
arranque delimitador un punto sobre el río Itenez a cinco Kilómetros arriba del
caserío del barrancón Bella Vista ubicada entre los ríos Paragua y Verde, se
trazará una línea recta…” Los demás puntos referenciales son también diversos
ríos. Quizás en las montañas del occidente los ríos son más o menos inmutables,
pero cualquier persona que ha sobrevolado el Oriente observa las cintas
serpentinas de donde pasaban antes. Sabe que nuestros ríos son más traicioneros
que las alianzas políticas. Cambian su curso constantemente. Dicha ley no
menciona ninguna de las poblaciones existentes sobre la “línea recta”.
Discúlpenme, pero quienes escribieron esa ley eran, para tal asunto,
incompetentes, y quienes hacen fallos judiciales basado en esa ley lo son
también, por no decir deshonestos. Se mueven como culebras y no pisan firmes.
En cambio, el
pueblo sabe cuál es su propia identidad. El cien por ciento de la población de
Piso Firme, firmemente dice que es Cruceño y Chiquitano. Esto vale más que la
ley de 1914 y el fallo de un juez que nunca ha pisado Piso Firme.
Tanto en el Beni
como en la Chiquitania, fueron las misiones y los vicariatos apostólicos
quienes desarrollaron estos territorios abriendo caminos, construyendo puentes,
fundando colegios, trayendo médicos, etc. Durante 42 años (1969-2011) el
Proyecto OSCAR: Obras Sociales de Caminos de Acceso Rural, trabajaba con
jóvenes voluntarios, muchos de ellos franciscanos y futuros sacerdotes.
Desde el Beni,
pues, no hay hasta ahora caminos confiables de acceso a Piso Firme, ni tampoco
a las comunidades propiamente benianas: Cafetal, Remanso, Cerro San Simón,
Puerto Villazón y algunos nuevos. La Diócesis de San Ignacio atiende a estas
poblaciones y conserva los registros de Bautismo, Confirmación y Matrimonio. El
Departamento del Beni no se preocupa por ellos. ¿Por qué ahora reclama a Piso
Firme? Huele como truco para sacar votos anti masistas del Departamento de
Santa Cruz. Se me pasó por la mente averiguar exactamente dónde ponen los
límites, para sugerir a la población que se muda lo suficiente al oriente para
resolver la disputa, pero me imagino que no van a querer reconstruir sus casas,
humildes como son, además alejarse de su hermosa laguna, ni trasladar a sus
difuntos.
El libro de Génesis
recuerda que “Abraham adquirió a los
descendientes de Het el campo y la caverna que hay en él, para tenerlo como
sepulcro familiar” (Génesis 23,20). Era la primera parcela de aquella Tierra que Dios había Prometida para él y su descendencia
cuando lo sacó de Ur de los Caldeos (Gn 12). De la misma manera, Piso Firme es
Tierra Prometida para sus habitantes.
«Mis pies están firmes sobre el camino llano»: es del último versículo del Salmo 26. Pero conviene rezarlo desde el inicio.
Es la oración de alguien que no tiene quien lo defienda, por lo que recurre a
Dios, y por recurrir a Dios confía en Él, rechaza toda falsedad, no teme ser
juzgado y se encuentra en un lugar que podría llamarse Piso Firme:
Júzgame, Señor, porque he
procedido con integridad. Yo he confiado en el Señor, sin desviarme jamás.
Examíname, Señor, y pruébame, sondea hasta lo más íntimo de mi ser; porque tu
amor está siempre ante mis ojos, y yo camino en tu verdad.
No me reúno con la gente falsa ni me doy con los
hipócritas; odio la compañía de los malhechores y no me uno a los malvados. Por
eso lavo mis manos en señal de inocencia y doy vueltas alrededor de tu altar,
proclamando tu alabanza en alta voz y narrando tus maravillas. Yo amo la Casa
donde habitas, el lugar donde reside tu gloria.
No me incluyas entre los pecadores ni entre los hombres
sanguinarios: ellos tienen las manos llenas de infamia, y su derecha está
repleta de sobornos. Yo, en cambio, procedo íntegramente: líbrame y concédeme
tu gracia. Mis pies están firmes sobre
el camino llano, y en la asamblea bendeciré al Señor.
Dios te bendiga.