Gracias Arce

Lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, Luis Arce es el “pitita” más insigne y merece un reconocimiento. Nos referimos lógicamente, a esa valerosa regeneración de bolivianos que se lanzó a las calles a cerrarle el paso a la continuidad del fraudulento Evo Morales. Hoy, el cocalero no sólo tiene el camino cerrado para retornar al poder, sino que pesan sobre él delitos mucho más graves que lo acercan a la cárcel. El acto de traición de Arce, cuya misión debía ser cuidar el sillón del “emperador” ha permitido que los bolivianos matemos dos pájaros de un tiro, pues el “economista” se ha convertido también en un candidato a mirar el cielo a cuadritos. La gratitud hacia Arce debe incluir también la destrucción del “instrumento político”, pues pese a sus ruegos, nadie ha querido responder a sus llamados de unidad y ha tenido que recurrir a candidatos de último momento, a postulantes “parches” para poder participar en las elecciones, en las que se vislumbra resultados muy pobres para el MAS. Como no se le puede dejar todo el trabajo al susodicho y como tampoco no se puede dar nada por seguro, el resto de trabajo para desterrar al “proceso de cambio” le toca a los bolivianos, que no siempre aciertan al momento de tomar decisiones y sobre todo, le corresponde un trabajo serio a los partidos y agrupaciones que supuestamente están pugnando para recobrar la democracia.