La caravana “evista” para inscribir la candidatura de Evo Morales para las elecciones presidenciales de agosto llegó a la plaza Abaroa, donde está la sede del Tribunal Supremo Electoral (TSE). La marcha rompió las vallas de seguridad y la Policía gasificó a los movilizados.
Una columna de agentes se apostó en la avenida Sánchez Lima, en la esquina de la calle Fernando Guachalla, donde se les impidieron el paso. “¡Evo no estás solo, carajo!, y ¡se siente, se siente, Evo presidente!”, gritaban decenas de marchistas, que pedían “derribar a la Policía”.
“¡Déjennos pasar!”, gritaba la multitud, que portaba pancartas. Varios de ellos vestían la ropa tradicional de sus comunidades e interpretan instrumentos nativos. Luego, la caravana rompió los cordones de seguridad.
Antes, centenares de movilizados gritaron arengas contra el Gobierno a su paso por la plaza Garita de Lima, donde los comerciantes protestaron contra los “marchistas” y los enfrentaron.
La Policía también instaló dispositivos de seguridad en el centro de la urbe y cerró los accesos a la plaza Murillo, el centro del poder del país.
