
El creciente declive de la producción hidrocarburífera y la dependencia del consumo energético en más de 80 % de fuentes fósiles enfilan al país que se vea obligado a importar Gas Licuado de Petróleo (GLP) desde el próximo año y gas natural desde el 2028, alerta la fundación Jubileo en una reciente publicación.
"De seguir esta tendencia, y si no se descubren al menos tres yacimientos de gran magnitud, el país se verá forzado a importar una parte del gas natural que demanda el mercado interno para el año 2028", remarca la institución en su informe.
A marzo de este año, la producción de gas natural cayó un 53 % en comparación al promedio de la gestión 2015.
El año pasado, el 66 % de la generación de electricidad era por termoeléctricas que usan como insumo el gas natural. Incluso se supera el 70 % en horas pico, según la fundación.
En el 2020 la generación mediante hidroeléctricas representaba el 55 % del total, pero hoy equivale al 24 %.
En los últimos años se impulso la generación por fuentes no convencionales como la eólica y solar, pero solo representan el 7 %.
Daño colateral. Jubileo cita además datos del Balance Energético Nacional que publica el gobierno del año 2023 en el que se menciona que el 72 % del GLP salía de las plantas separadoras de líquidos que lo extraían de las corrientes de gas natural que se exportaba a Brasil y Argentina.
Pero ya se cerró el mercado a Argentino y las ventas a Brasil mermaron un 55 % en comparación a una década atrás.
Esta situación hace que las plantas separadoras operen a menor capacidad lo que pone en riesgo la autosuficiencia de Bolivia para abastecer GLP al mercado interno. "Con la crisis actual, la perspectiva es que para el año 2026 el país deba importar una parte del GLP que se consume", remarca Jubileo en el documento.
Hace unos meses, por primera vez en años se registraron filas durante algunos días en ciudades y provincias de La Paz y Santa Cruz por GLP. Entonces el gobierno señaló que hay suficiente producto e incluso incrementó los volúmenes de despacho.