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Lady Gaga: las aterradoras razones detrás del atentado frustrado en Rio de Janeiro

La detención de uno de los terroristas detrás del ataque brindó inquietantes detalles de sus intenciones en el histórico concierto.

Nuevos detalles del atentado frustrado en el concierto de Lady Gaga han salido a la luz.
Cultura & Espectáculos | Infobae | 2025-05-06 19:44:00

Un presunto terrorista, identificado como Luis da Silva, de 44 años, fue deportado de Estados Unidos el mes pasado y, según las autoridades brasileñas, planeaba un ataque durante el histórico concierto de Lady Gaga en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, Brasil.

Investigadores revelaron que el hombre pretendía detonar explosivos cerca del escenario y transmitir en vivo la ejecución de un menor de edad durante el evento, al que asistieron aproximadamente 2,5 millones de personas. Según informó la policía civil de Río de Janeiro, da Silva justificó sus intenciones al afirmar que la cantante era “satanista” y que realizaría un “ritual satánico” durante el espectáculo.

El concierto, que tuvo lugar el sábado por la noche, marcó un hito en la carrera de Lady Gaga, superando el récord de asistencia de Madonna en el mismo lugar el año pasado, con 1,6 millones de asistentes. Gaga, de 39 años, celebró el logro con el público, declarando: “Esta noche estamos haciendo historia”.

Sin embargo, la alegría del evento se vio opacada al día siguiente, cuando se reveló el complot frustrado. Según reportó el Daily Mail, la cantante y su equipo se enteraron de la amenaza a través de los medios de comunicación la mañana del domingo, sin haber recibido advertencias previas por parte de las autoridades.

Fuentes cercanas al equipo de Gaga señalaron que la artista reaccionó con conmoción y enojo al descubrir que las fuerzas de seguridad probablemente tenían conocimiento del plan mientras ella actuaba. A pesar de esto, expresó gratitud hacia la policía por haber desarticulado el ataque a tiempo.

Según las investigaciones, los sospechosos estaban reclutando participantes, incluidos menores de edad, para llevar a cabo ataques coordinados con explosivos improvisados y cócteles Molotov. La intención era dispersar a los atacantes entre la multitud para generar caos.