Los amigos del MAS

El gobierno ha decidido mantener el veto a la exportación de carne vacuna, una medida que no ha cooperado en lo más mínimo a estabilizar el precio de la carne, sino todo lo contrario. Las autoridades le echan la culpa de todo a los ganaderos y caen en el ridículo de aliarse con los comerciantes, carniceros y demás intermediarios, los más beneficiados con el constante incremento y los que apoyan las restricciones. En otras palabras, los funcionarios hacen de tontos útiles de los “matarifes” y “mañasos”, que hacen pingües negocios con la ignorancia y el dogmatismo de los idiotas. El régimen ha decidido doblar su apuesta, azuzados por los carniceros que, como buenos masistas, tienen una ambición insaciable por el dinero. La nueva medida consiste en regular (intervenir) los centros de remate de ganado, lo que equivale no sólo a eliminar la transparencia en el comercio de animales, sino también disminuir la oferta. Nadie se atreverá a llevar una vaca a un lugar donde un burócrata abusivo le pondrá el precio para que esa misma res sea vendida al doble o el triple por los especuladores beneficiados por el gobierno. Lógicamente, el resultado será el peor posible para el consumidor final, pero el más ventajoso para los amigos del MAS.