Luis Arce dice que le va a ganar otra vez a la derecha en 2025. ¿Ganar para qué? ¿Para seguir hundiéndonos? Bolivia ya no está para discursos ni promesas vacías. La izquierda sirve cuando hay plata para repartir, no cuando el barco hace agua por todos lados. Hoy no se necesita más populismo: se necesita cirugía de emergencia. Menos show, más gestión. La economía está en terapia intensiva y ellos siguen vendiendo humo. No se puede seguir gastando lo que no hay ni repartiendo lo que ya no existe. Bolivia necesita un cambio real, no más de lo mismo. Hace falta un gobierno que entienda que en tiempos de crisis no se juega a ser Papá Noel: se ajusta, se ordena, se trabaja. Aunque duela. Aunque no sea popular. Si seguimos apostando por los que ya nos llevaron al borde del abismo, el país no va a caer: se va a desmoronar. Es ahora o nunca. Mejor apretar los dientes y salvarnos que seguir escuchando cuentos hasta morir de a poco.