Miradas

MAS: cooptar, comprar y corromper

MAS: cooptar, comprar y corromper
Jhonny Vargas - Politólogo | Politólogo
| 2025-03-28 00:06:30

Este régimen dictatorial del MAS tendrá siempre la triste fama de haber propiciado y desencadenado la mayor bancarrota económica de la historia boliviana. Esta dictadura sindical y corporativista fracasó lamentablemente; los resultados de su accionar los padecemos hoy todos los bolivianos. Nada puede justificar de modo suficiente el hecho de que el régimen del MAS se gastó todo el dinero del Estado boliviano simplemente para sostener el gasto desenfrenado de la alta dirigencia del partido y su insaciable apetito de poder. Todo lo paga el pueblo, hasta la factura de la crisis económica, mientras que los altos dirigentes del MAS siguen despilfarrando los escasos recursos que ingresan a las arcas del Estado mediante la aprobación de créditos internacionales. Bolivia, por su situación económica, ya ni siquiera es sujeto de crédito. Mientras en YPFB siguen con los privilegios y todo el aparato burocrático vive de las prebendas de la corrupción institucionalizada en el país, todo esto propiciará la caída del gobierno.

Su suerte, señor presidente, es verdaderamente lastimosa. Bolivia le detesta y carga sobre usted y el MAS toda la responsabilidad de lo ocurrido con el país. Por culpa de las especulaciones de Arce Catacora, sobrevendrá la quiebra y se convertirá, junto con el exmandatario, en uno de los más célebres estafadores de la historia de Bolivia. Los despilfarros del régimen del MAS nunca fueron resueltos ni se encontró una solución, y esto acabará por precipitar su caída. El fracaso de su modelo económico condena a este instrumento político a una penuria política permanente. Cuando la crisis económica se profundice aún más y los reveses y decepciones económicas se manifiesten con excesiva gravedad, todas las miradas se volverán aún más hacia el gobierno. Arce Catacora y el exmandatario sufren una notable merma en su popularidad, hasta el punto de hacer caer la candidatura del actual mandatario. El gobierno arcista, en su conjunto, ve desvanecer su prestigio y su poder. El presidente sale rodeado de sus ministros, pero la opinión pública inmediatamente los desaprueba por incapaces. Ya no basta la publicidad gubernamental, porque ni para eso hay plata.

El presidente debe sentirse muy inquieto y nervioso, pues a la opinión pública podría ya no bastarle la renuncia de sus ministros y tratar de obligarlo a renunciar al gobierno. Es lo que quiere el exmandatario en su pugna fratricida interna para poder recuperar el poder. Sin embargo, el exmandatario está consciente de que no tiene ni la más mínima posibilidad de ganar las elecciones en una contienda electoral limpia y transparente. Lo que él quiere es inmunidad y toda la impunidad del mundo para salvar su pellejo de las acusaciones y situaciones pendientes que tiene con la justicia. Todo el país acusa al exmandatario de formar un Estado dentro del Estado, un Estado profundo donde cooptar, comprar y corromper se volvió la norma política para conservar el poder. Es por esta razón que el exmandatario ha sido un mal presidente, en parte a causa de sus propios defectos, conocidos por todo el país, y también por culpa de sus malos colaboradores. Vivimos años de angustia y de continua agitación política. El MAS es la arrogancia en el poder. El actual presidente es un terco; la terquedad desnaturalizada se convirtió en una tradición en la Casa del Pueblo. Esta terquedad insana la inició el exmandatario con su tenacidad y testarudez de no aceptar la realidad.

Cooptaron las instituciones públicas, llenaron los espacios vacíos con gente poco preparada para asumir cargos de gobierno, obligaron a todo un país a pensar de una manera determinada, conforme a sus propios intereses. Atraparon a muchas organizaciones sociales y campesinas con prebendas y todo tipo de beneficios. Se apropiaron de la Central Obrera Boliviana, matando el verdadero espíritu revolucionario en defensa de los trabajadores, y la convirtieron en una organización sometida a los intereses del partido. Se quedaron con el discurso político de que el MAS es el único partido político que defiende a la clase humilde y el único que puede monopolizar el poder y la política boliviana. Según ellos, es el único partido que tiene derecho a hacer campaña política electoral en las áreas rurales. Claro, nada más falso en la realidad actual. Es por eso que su caída será más dolorosa.

Compraron lealtades y conciencias. Para el MAS, cada hombre y mujer, cada organización política (mejor si es de oposición), tiene su precio. Gobernó el país valiéndose de la corrupción: compró diputados, senadores y partidos políticos de oposición al precio más bajo. Siempre el MAS se halló complicado en negocios turbios. Esos mismos personajes políticos que fueron comprados con todo tipo de métodos de dominación y control ahora se presentan como los salvadores y los verdaderos opositores al régimen. Este poder, que lo compra todo, hasta el silencio de los medios de comunicación o su apoyo, perjudica e irrita a todos los bolivianos. Comprando conciencias, opiniones y censurando la libertad de expresión, convirtieron al Estado boliviano en un servidor del partido político y del jefe de las seis federaciones del Chapare.

Corrompieron las instituciones públicas, degradaron el servicio público de carrera, deformaron a los profesionales, degeneraron la política y convirtieron al Estado en Sodoma y Gomorra. Abusaron sexualmente de niñas y mujeres solo para lograr beneficios o conservar o adquirir un cargo público. Eso es el MAS: solo buscan el caos y la confusión para tomar decisiones divididos y, llegado el momento, atraparnos desprevenidos. Crean tormentas, dificultades y provocan conflictos, generando caos y paralizando el país. Todo está planeado y orquestado por el exmandatario, pero no podrá lograr su objetivo. Los bolivianos somos más inteligentes y encontraremos una solución. No haremos caso a la manipulación del régimen dictatorial. Se vienen días y meses complicados, pero al final saldremos de este atolladero. Por tanto, defender la libertad política y económica contra el totalitarismo del MAS es un deber tanto moral como patriótico. El MAS muestra torpeza cuando se trata de dividir para reinar; nosotros demostremos inteligencia y voluntad para unir al país.

Jhonny Vargas - Politólogo | Politólogo