El diablo existe

Qué es lo bueno del inédito espectáculo que se produjo hace unos días en el salón oval de la Casa Blanca y que ha dejado estupefactos a los ingenuos, a los desinformados y a los que piensan que la política es un asunto de moral, buenos modales, sonrisas y apretones de manos. Qué daño enorme que le hizo al mundo el libro de 1992, de Francis Fukuyama “El fin de la historia”, que postulaba que, a partir de la caída del Muro de Berlín, el mundo se convertiría en una taza de leche, lleno de personas de buena voluntad, ecologistas, pacifistas y banderitas de colores. La invasión de Ucrania y posteriormente, el salvaje ataque de Hamas a Israel, nos ha hecho recordar que el mundo continúa siendo un lugar peligroso, que necesita tipos duros, capaces de enfrentar situaciones difíciles y no sujetos que anden lloriqueando, quejándose y culpando a otros por sus desventuras. El video de la pelea entre Trump y Zelensky debería ser analizado en las escuelas, donde a los chicos les pintan un mundo idílico, lleno de psicólogos, terapeutas, consejos de padres y pedagogos que están debilitando a la niñez, mientras los malos, los Putin y demás sátrapas se ríen de ellos y se afilan las uñas para atacar en cualquier momento. "El mayor engaño del diablo es convencer al mundo de que no existe.": Charles Baudelaire, poeta francés nacido en 1821.