El Magisterio de la Iglesia Católica aborda el tema del suicidio con gran cuidado y compasión, reconociendo la complejidad de la vida humana y la naturaleza de las enfermedades mentales. Aquí te ofrezco un resumen de las enseñanzas de la Iglesia sobre el suicidio:
1. La dignidad de la vida humana: La Iglesia enseña que la vida humana es sagrada y que sólo Dios tiene el derecho de dar y quitar la vida. El suicidio es visto como un acto grave que va en contra del valor de la vida. Ya lo dije en el primer artículo: Suicidio y aborto son oposición a los planes de Dios.
2. Culpabilidad y circunstancias: La enseñanza del Magisterio también enfatiza que no todas las situaciones de suicidio implican la misma culpabilidad. Factores como enfermedades mentales, graves perturbaciones psicológicas o situaciones de desesperación pueden disminuir la responsabilidad de la persona que se quita la vida. Esto se refleja en el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC 2282), que dice: "La muerte voluntaria es un acto gravemente contrario a la dignidad del ser humano".
3. Esperanza y compasión: La Iglesia, incluyendo documentos como el Catecismo, subraya el llamado a la compasión y a la esperanza para aquellos que han estado involucrados en suicidios o que han sido afectados por ellos (CIC 2283). La Iglesia enseña que debemos brindar cuidado, apoyo y comprensión a quienes están en situaciones de crisis.
4. Salvación de las almas: La Iglesia también enseña que no se debe desesperar de la salvación de aquellos que han cometido suicidio. El Catecismo establece que Dios es misericordioso y que nunca debemos dudar de la posibilidad de que, a través de la gracia de Dios, la persona haya podido arrepentirse en un momento de crisis. De ahí que muchas personas que se preguntan si gente como el actor Robin Williams habría perdido su derecho de ir al cielo o no, pues esta es la principal respuesta.
5. Prevención y ayuda: La Iglesia promueve programas de prevención del suicidio y apoyo a las personas en crisis, reconociendo la importancia de la salud mental y el acompañamiento espiritual.
6. En cuanto a la negación a recibir tratamientos médicos: la iglesia se opone al llamado “encarnizamiento terapéutico y lo expresa así “Ciertamente existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte” (Juan Pablo II).
En resumen, el suicidio es un tema muy serio en la enseñanza de la Iglesia, que aboga siempre por la compasión, la misericordia y el apoyo a quienes están atravesando problemas de salud mental o emocional. La respuesta de la Iglesia busca ofrecer esperanza y guiar a los fieles hacia un entendimiento profundo de la dignidad de la vida y la necesidad de acompañar a quienes sufren.
