Después de sufrir un 3-0 en contra ante Rumanía en el debut, Ucrania necesitaba levantarse del suelo este viernes ante Eslovaquia y a pesar de que por momentos fue por debajo en el marcador acabó remontando (2-1) para dar un golpe en la mesa y reivindicar que los que la señalaban como clara candidata a ser la revelación del torneo no estaban equivocados.
El futbol eslovaco alegraba, llenaba el ojo y las expectativas de propios y extraños y todo fue aderezado a los 17" con un gol de Ivan Schranz, precedido de una gran jugada colectiva que hacía levantarse y aplaudir ante el despliegue maravilloso de futbol por parte de los de Calzona.
El descanso pareció un parteaguas en Düsseldorf. Para el complemento, saltaron a la cancha exactamente los mismos 22 jugadores que en el inicio del encuentro, pero algo cambió, eran "otros", los de la diestra y la siniestra dieron un partido completamente distinto.
Eslovaquia fue víctima de su propio estado físico, con un desgaste monumental realizado, para tan poco premio con un gol de diferencia, se sumó a una Ucrania que salió con el cuchillo entre los dientes en el complemento y que borró todo rastro de buen balompié eslovaco.
Serhiy Rebrov olió sangre, ordenó el ingreso de Sydorchuk y Yaremchuk. Fue magia, todo con un equipo que también fue tocado por su DT respecto a la goleada sufrida ante Ucrania y la "Zbirna" sencillamente le dio la vuelta al partido de una forma más que categórica.
Mikola Shaparenko a los 54" dio el empate y, todavía con más drama ante el estado físico de los "Halcones", Roman Yaremchuk cerró una jugada que hizo que toda Ucrania alzara el puño hacia el cielo alemán, con una esperanza de trascender en una Euro 2024 que se vuelve cada vez más emotiva y dramática.
