Editorial

Populismo en declive

Al viejo zorro populista mexicano Andrés Manuel López Obrador le salió muy mal la trampa que le puso a su colega ecuatoriano Daniel Noboa...

Editorial | | 2024-04-26 08:06:29

Al viejo zorro populista mexicano Andrés Manuel López Obrador le salió muy mal la trampa que le puso a su colega ecuatoriano Daniel Noboa, a quien pretendía perjudicar en el referéndum del pasado domingo, cuyos resultados han sido ampliamente favorables hacia el joven mandatario, que ahora tiene vía libre para hacer las reformas necesarias para recuperar al país de las garras del crimen organizado en las que cayó por culpa de los gobiernos populistas, como el de México, precisamente, que le han entregado el control a los cárteles de las drogas.

López Obrador le dio cobijo en su embajada en Quito a un reo rematado y la respuesta contundente y decidida de Noboa, no sólo ha sido merecedora del apoyo de los ecuatorianos, sino que le ha servido para ganar puntos en su imagen internacional, tal como sucede con el salvadoreño Nayib Bukele, ampliamente denostado por los grandes defensores de los derechos humanos (de los pandilleros), pero respaldado, tanto por los ciudadanos que respiran nuevos aires de paz en El Salvador, como las encuestas que se hacen sobre el nivel de aceptación de los gobernantes latinoamericanos.

El mismo domingo del referéndum en Ecuador, el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, víctima de persecución de la justicia lulista que lo acusa de un falso intento de golpe de estado, reunió a una gran multitud en Río de Janeiro y casi con seguridad, por el deslucido gobierno de Lula, el ex mandatario tendrá el camino allanado para retornar al poder en 2026.

Mientras en Colombia el régimen del izquierdista Gustavo Petro hace aguas, el argentino Javier Milei causa admiración mundial por los grandes logros obtenidos en tiempo récord, pese a que tiene al congreso en su contra, que no deja de ponerle palos en la rueda y a un inmenso aparato sindical que no disimula su intención de derrocarlo y volver al descalabro del populismo kirchnerista que dejó en terapia intensiva al país.

En Estados Unidos, ya es un hecho del retorno de Donald Trump y aunque a muchos les pese, es un líder que le hizo bien a la economía de su país, hizo grandes contribuciones a la paz mundial y se convirtió en un dolor de cabeza para los regímenes de izquierda que no hacen más que empobrecer a la gente y que por eso mismo, están en franco declive en este momento. La decepción ha sido generalizada, incluso de los gobiernos izquierdistas moderados como el del chileno Boric, mucho más cuando se trata de casos radicales como Nicaragua o Venezuela, que han derivado en verdaderos desastres humanitarios y económicos.

Lo de Cuba es una calamidad y en Venezuela tendrá que ocurrir un fraude descomunal, una maniobra descarada para que el dictador Nicolás Maduro pueda mantenerse en el poder con el disfraz democrático. Con esto se expone a una reacción ciudadana de mayor envergadura que las del pasado y a sanciones mucho más fuertes contra el régimen que se mantiene a fuego y sangre. En este escenario Bolivia queda cada vez más aislada, insistiendo en un modelo económico y político que va camino al desastre.