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La gente lee más después de la pandemia

"Un repaso por las estadísticas más impactantes del comportamiento lector global en tiempos de cambio".

Ilustración.
Internacional | Agencia | 2024-04-23 14:05:37

A medida que el mundo se adapta a las secuelas de la pandemia y a la digitalización acelerada, las cifras recientes sobre los hábitos de lectura ofrecen una ventana reveladora hacia el estado y la evolución de la lectura a nivel mundial. En 2023, una serie de estadísticas destacan tanto los desafíos persistentes como las nuevas oportunidades emergentes en el ámbito de la lectura.

Durante los confinamientos por el coronavirus, un 35% de las personas a nivel global informaron haber aumentado su tiempo de lectura, una respuesta directa a la necesidad de ocupar el tiempo libre y combatir el aburrimiento en casa. Este incremento temporal plantea la pregunta de si estos nuevos hábitos de lectura perdurarán más allá de la crisis sanitaria.

Contrastando con esta tendencia positiva, una estadística preocupante emerge entre los jóvenes: uno de cada tres adolescentes no ha leído un libro por placer en el último año. Este fenómeno se atribuye en gran medida al auge de las redes sociales y las plataformas de juegos, que captan la atención de este grupo demográfico de manera más efectiva que los libros.

En Estados Unidos, las cifras revelan una paradoja en la relación con la lectura: aunque el 23% de los adultos no leyeron un libro en 2020, el año 2021 vio un incremento del 8.9% en la impresión de libros, el mayor aumento registrado desde 2010. Esto sugiere una renovada apreciación por el formato impreso, incluso en una era dominada por lo digital.

La brecha en los hábitos de lectura también se refleja en las diferencias socioeconómicas y educativas: los adultos estadounidenses con un diploma de escuela secundaria o menos son mucho más propensos a no leer libros en ningún formato, en comparación con aquellos con una educación superior.

A nivel internacional, la lectura es más prominente en Asia, con India a la cabeza, donde el ciudadano promedio dedica 10 horas y 42 minutos a la lectura cada semana.

Estos datos contrastan marcadamente con los Estados Unidos, que ocupa el puesto 23 a nivel mundial con solo 5 horas y 42 minutos de lectura semanal. Entre otros datos destacados, se encuentra el hecho de que el 75% de los ciudadanos estadounidenses leyeron al menos un libro en el último año, una cifra que se ha mantenido estable desde 2011. Sin embargo, el 30% de los estadounidenses optaron por libros electrónicos, reflejando una creciente adaptación al formato digital sobre el papel.

Estas cifras no solo delinean el paisaje actual de la lectura sino que también anticipan las direcciones futuras. El desafío para editores, bibliotecarios y educadores será no solo promover la lectura entre los jóvenes, sino también asegurar que el acceso a libros sea equitativo y que el formato digital continúe evolucionando para satisfacer las demandas de los lectores modernos. Así, el futuro de la lectura podría depender tanto de adaptar las estrategias de fomento como de entender y responder a estas tendencias estadísticas.