El Departamento de Justicia de Estados Unidos está preparando una demanda antimonopolio contra Live Nation Entertainment, alegando prácticas anticompetitivas en la comercialización de entradas para eventos en vivo. Esta acción legal podría marcar un antes y un después en el sistema de promoción y venta de boletos de conciertos.
En el centro de esta controversia se encuentra Ticketmaster, subsidiaria de Live Nation, que enfrentó críticas severas por su gestión durante la preventa de The Eras Tour, la famosa gira de Taylor Swift en 2022, después de que su sitio web colapsara y se cancelaran las ventas públicas de entradas.
Este incidente desató una serie de reclamos que exigían una investigación sobre Live Nation y Ticketmaster por perjudicar a los consumidores mediante su dominio en el mercado de eventos en vivo. Sensadores de los Estados Unidos criticaron a la empresa por su falta de transparencia y estructura de tarifas, así como por su incapacidad para evitar la compra de boletos por bots durante una audiencia en enero de 2023.
Desde hace años, la productora de eventos en vivo estadounidense ha sido acusada de utilizar su posición dominante para socavar la competencia en la industria de ticketing de este tipo de presentaciones. Al respecto, el Departamento de Justicia ha señalado que podría presentar la demanda en las próximas semanas, aunque aún no se han detallado las acusaciones específicas del caso.
Esta medida podría revocar un acuerdo de conciliación logrado en 2010 tras la fusión de Live Nation con Ticketmaster. En 2019, los encargados de hacer cumplir la ley antimonopolio extendieron este acuerdo hasta 2025 después de encontrar que la productora había violado el acuerdo original al presionar a los recintos para utilizar los servicios de la compañía de ventas y distribución de boletos, incluyendo una cláusula anti represalias que prohíbe a Live Nation amenazar con retener espectáculos si un lugar decide vender entradas a través de otra compañía.
A pesar de las acusaciones, Live Nation sostiene que enfrenta más competencia hoy en día de lo que jamás ha tenido, argumentando que el mercado de ticketing no solo se limita a los conciertos sino que también involucra a otros eventos de mayor y menor envergadura.
Según un portavoz de la empresa, los términos de negociación con los recintos demuestran que no poseen un poder monopólico. Además, se enfatiza que Ticketmaster no establece los precios de las entradas; sino que son los artistas y los equipos quienes lo hacen, y la mayoría de las tarifas se destinan a los lugares.
Cabe resaltar que, Ticketmaster controla el 80% del mercado de ventas de entradas primarias en los principales recintos de Estados Unidos y tiene contratos exclusivos con estadios y arenas donde se presentan los artistas de alto perfil.
