De brujerías y otras cosas

En Bolivia no debería haber adivinos, pitonisos y toda esa clase de brujos que supuestamente pueden ver el futuro. Es tan previsible, que casi no hay nada que no se pueda conocer de antemano. Si hay chamanes es porque también tenemos muchos ciegos, de esos que no quieren ver y una cantidad demasiado grande de otro tipo de personas, a las que no vamos a calificar porque estamos viviendo tiempos muy difíciles en los que no se puede llamar a las cosas por su nombre. Lo dijimos con suficiente anticipación: el gobierno de Luis Arce no quiere hacer el censo, jamás lo quiso, porque no le conviene y porque es perjudicial para sus intereses. Lo está haciendo porque Santa Cruz se plantó fuerte con los 36 días de paro, pero a regañadientes las cosas nunca salen bien y obviamente, el gobierno está buscando el fraude, que los números salgan chuecos y que el principal perjudicado sea el departamento de Santa Cruz. Lamentablemente, los únicos avivados de este esquema son los del gobierno que nos vienen preparando con el cuento de la falta de censistas, con la pelea armada contra los benianos, con la falta de material y otros temas que van a ir saliendo en estos días. El gobierno cree que no habrá quejas, ahora que está llena la testera de la complicidad de la institucionalidad cruceña.