El agua empezó a ceder este jueves por la mañana en Cobija, ciudad amazónica fronteriza con Brasil, golpeada por una histórica inundación. Hasta el miércoles el río Acre había alcanzado un pico de 17 metros como nunca antes. La situación llegó a tal extremo que los puntos de medición quedaron bajo agua.
Un reporte de Unitel reveló que el agua ya había comenzado a descender y eso quedaba reflejado en que las losetas en algunos sectores ya eran visibles, en zonas que hasta ayer estaban anegadas.
El municipio de Cobija, que estaba en Alerta Roja, desde que el río Acre superó los 10 metros, se declaró como zona de desastre con el fin de activar más ayuda desde los distintos niveles de gobierno. Se calcula que hay unas 900 familias y 3.500 personas afectadas en 16 barrios. Decenas de damnificados han sido llevadas a albergues habilitados en diversas zonas.
En medio de la emergencia hay personas que se están aprovechando para ingresar a robar a los domicilios que quedaron abandonados al ser evacuados sus propietarios. “Hay personas que no son del lugar y que están aprovechando la ocasión para ingresar a los domicilios y retirar los objetos que encuentran”, dijo el teniente coronel Gonzalo Caballero, quien anticipó que se intensificarán los patrullajes en canoa en las zonas afectadas. En algunos lugares el agua llegó al nivel de los techos.
