Opinión

"Cuando la justicia se somete: el rol del poder Judicial en regímenes autoritarios"

Miradas

| 2023-12-12 07:08:50

En nuestro país, el sistema judicial que idealmente debería actuar como un baluarte de la justicia y un contrapeso al poder ejecutivo, desde hace dos décadas se encuentra subyugado bajo el control del gobierno en turno. Esta situación plantea serios desafíos para la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho.

El gobierno de Evo Morales convirtió la elección judicial en una especie de selección de los abogados MAS corruptos para poder acceder a ser magistrados. Y lo peor de todo es que no se requería el voto mínimo. Si no llegaba al 1 % del total de votos el día de las elecciones, no importaba. Lo que sí importaba era el aval del gobierno y de sus asesores legales que querían controlar el negocio, si “NEGOCIO”, de la justicia en Bolivia.

Estas elecciones judiciales, siempre fueron manipuladas por el partido de gobierno, quienes tenían los dos tercios en la asamblea legislativa, y cuyo único objetivo, era siempre, el poder influir y controlar el poder judicial, incluyendo el nombramiento de jueces afines, presiones políticas, y la manipulación de casos y extorsión a cualquier opositor.

Somos conocedores de la manera que se usó de manera política la justicia en el pasado y en el presente. Y de lo que intentan reeditar nuevamente este uso desenfrenado en el gobierno de Arce Catacora, en los próximos dos años MAS. No podemos olvidarnos del caso terrorista y actualmente del secuestro del gobernador de Santa Cruz, junto a la prisión de la ex presidente Añez intentando evitar el juicio de responsabilidades que es lo que correspondería. Esto para recordar, que se han y vienen utilizando los tribunales para silenciar a opositores políticos, activistas y periodistas.

Esta situación, está generando en la sociedad una percepción negativa que tiene esta práctica judicial fomentada por el gobierno, que genera una pérdida de confianza total en las instituciones de los poderes del Estado en general.

La ausencia total de Principios y Valores en las autoridades de gobierno, en el Poder Judicial, en la institución policial y en las FFAA hacen de Bolivia, un país protector del mal y de las miserias humanas representadas por el narcotráfico, sicariato, corrupción y todo aquello que conlleva a que no se haga justicia con aquellos que cometen delitos mayores y son afines al gobierno masista.

Es por todas estas consideraciones previas, que la discusión sobre cómo la corrupción y la falta de principios éticos facilitan la manipulación del sistema judicial, y cuáles tendrían que ser los desafíos que se debería enfrentar y los esfuerzos a realizar en un proyecto de reforma judicial en estos contextos, es una necesidad urgente de afrontar.

Aquellos que viven en la sombra de la injusticia, donde la balanza de la justicia se ha inclinado por el peso de la corrupción y la extorsión, su lucha y su dolor son entendidos y compartidos por muchos. La justicia corrupta no solo falla en servir a la verdad y a la equidad, sino que también erosiona el tejido mismo de nuestra sociedad.

Es fácil sentirse impotente ante tales circunstancias, donde parece que la esperanza y la justicia son luces distantes, apenas visibles en el horizonte de un sistema oscurecido. Sin embargo, es crucial recordar que el cambio, aunque lento, es posible y necesario.

Es un deber mantener viva la esperanza para que se convierta en un faro en la oscuridad. Aunque las circunstancias actuales puedan parecer desalentadoras, la historia nos enseña que ningún régimen de injusticia es eterno. Su voz y su resistencia son esenciales para promover el cambio.

La Fuerza en la Unidad es lo que nos hará fuertes para cambiar la justicia, enfrentar a este régimen corrupto de gobierno y castigar a todo aquel que se aprovechó del mal uso de la justicia. Cuando las voces individuales se unen, su poder se multiplica. La solidaridad entre aquellos que buscan justicia y transparencia puede ser un poderoso catalizador para el cambio. Tenemos que buscar aliados, formar comunidades y nunca subestimar el poder de la unión.

La Educación y Conciencia, es de gran relevancia. Informarse y educar a otros sobre sus derechos y sobre las realidades de este sistema judicial podrido actual, es fundamental. Una población informada es menos susceptible a la manipulación y más capaz de abogar por cambios estructurales.

Los bolivianos que han sido y que continúan siendo acosados por este poder judicial político, han convertido a muchos en seres resilientes en la adversidad. La resiliencia no significa aceptar la injusticia, sino tener la fortaleza para continuar luchando contra ella. Cada paso hacia la equidad y la justicia, que nos demostraron muchos héroes perseguidos y presos políticos, a lo largo de los últimos años, por pequeño que sea, es la demostración más clara de un progreso hacia un futuro mejor.

Tal cual sucedió en la Argentina, con la llegada de Milei a la presidencia, es importante la Acción y la Voz. Estos socialistas corruptos, siempre subestiman el poder de la voz del pueblo y de sus acciones. Es en este sentido que la UNIDAD de todos los bolivianos que estamos cansados de vivir en un país dominado por la corrupción y la injusticia, es de vital valor. Tenemos que participar de acá en adelante en todo proceso democrático que se presente, el revocatorio a Jhonny Fernández y a todas aquellas autoridades que representan esta nefasta casta de políticos corruptos, es un ejemplo. Apoyar la iniciativa de quienes promueven estos procesos, el compartir las experiencias de los presos políticos y el denunciar públicamente los actos de corrupción de la justicia y del poder ejecutivo, ayudaran a iluminar las realidades del vacío existente en el PODER JUDICIAL y promover el cambio.

Mantengamos la Fe en la Justicia, aunque el sistema de justicia esté fallando actualmente, porque la idea de justicia sigue siendo un ideal por el cual vale la pena luchar. Su fe en un mundo más justo y equitativo puede ser el motor que impulse el cambio necesario.

La lucha contra un sistema judicial corrupto y extorsionador es ardua y desafiante, pero no estamos solos en ella. La resistencia, nuestra voz y nuestra esperanza son las semillas del cambio que, con tiempo y esfuerzo, pueden florecer en un sistema de justicia verdaderamente justo y equitativo.

Recordemos, que nuestra lucha es valiosa, y aunque el camino hacia la justicia sea tortuoso y difícil, es un camino que merece ser recorrido. Juntos, paso a paso, podemos aspirar a un futuro donde la justicia prevalezca.

Tomemos las frases de Milei que pronto serán utilizadas en todo país socialista… “El que la hace la paga”

¡VIVA LA LIBERTAD CARAJO!!